lunes, 2 de abril de 2007

Goya una Joya parece




Cada vez que surge la posibilidad de volver a visitar a “ GOYA”, localidad Correntina ubicada a 820 kmts. de Buenos Aires a orillas del Riacho Goya, emergen recuerdos alojados en la memoria que producen de inmediato el deseo de que las agujas del reloj avancen a pasos acelerados hasta llegar a la hora de partida, es que todo lo que un pescador anhela es muy probable hallarlo aquí, este es un sitio muy especial, el imponente y generoso Río Paraná con un inmenso número de brazos que se internan a sus lados formando un maravilloso paisaje de verdes islas donde se encuentran correderas, aguas claras, remansos, arroyos y bañados con sectores muy apropiados para dar con los “Señores del Río”: El dorado y el surubí que le dan al ocasional visitante una gran expectativa de éxito y la certeza de que cualquiera fuera el resultado final siempre será satisfactoria la experiencia.
En esta ocasión fueron mis compañeros de viaje Gastón Eulogio y Daniel Iacobaccio, ambos instructores de la Escuela de Pesca con Mosca del Club San Huberto, quienes no dudaron ni un instante al proponerles la posibilidad de realizar un relevamiento en la modalidad que ellos cultivan y en la estoy dando mis primeros pasos . Motivados por la información de que la zona, a pesar de la marcada merma del caudal de las aguas, mas el estado de indefensión con respecto a la falta de control o de regulaciones que permitan mantener estables los recursos ícticos, partimos hacia allí llenos de expectativas.
Así entonces mientras en Buenos Aires nos preparábamos para el viaje, Oscar Macías, gran amigo, ex Director de Turismo de esa Ciudad y excelente anfitrión, se encargó de organizar todo para nuestra estadía, procurando con lujo de detalle que nada faltase.
Arribamos muy temprano en la mañana y luego de los saludos de rigor fuimos sin mas preámbulos al encuentro de nuestro guía “Carlos Cachito Santoro”, un gran conocedor del lugar quien nos puso al tanto de inmediato sobre cual sería el itinerario mas adecuado a recorrer, contándonos a priori, sobre los posibles resultados teniendo en cuenta su valiosísimo parecer y los comentarios antes mencionados.
Ya a bordo de la lancha iniciamos el derrotero preestablecido, nuestros primeros lances los hicimos en el Arrollo Isoró, zona donde únicamente se permite la pesca con devolución obligatoria en esta modalidad. Las Los equipos consistían en cañas # 8 Con "shootings" de hundimiento 2 y 4.Normalmente se utilizan líderes de 1 ó 1.2 metros pero hubo que extender los mismos hasta los 2 metros y medio debido a que los peces estaban medios reacios a tomar las moscas, las utilizadas fueron del tipo "deciver" con cabeza muddler construidas con pelo de ciervo y plumas de gallo en color negro, "andino" en colores violeta y blanco y negro y rojo, y moscas de pelo sintético que presentan un perfil mas ancho en combinaciones azul y blanco, naranja y amarillo y blanco y rojo.
Lamentablemente el resultado no fue el esperado pero la insistencia de mis compañeros tuvo su premio al conseguir capturar dos ejemplares de pequeño tamaño pero que al hacerlo de esta manera la experiencia es por demás placentera.
Con el sol acariciando al horizonte navegamos hacia nuestra próxima cita, una cómoda y pintoresca casa propiedad de Oscar Macías, ubicada en una isla sobre el Paraná, donde nos recibió con un cordero especialmente escogido para la ocasión, asándose lentamente alas brazas.
Rueda de mates, anécdotas y risas coronaron el primer día.
Un capitulo aparte se merecen el imponente cielo minado de estrellas y el arrullo del río en el silencio de la noche que sin dudas hacen que todo aquel que tenga la fortuna de vivir esa experiencia jamás lo pueda olvidar.
La mañana siguiente la aprovechamos para utilizar técnicas de pesca menos activas desde el punto de vista del pescador pero no menos atractivas o rendidoras como lo son el pindá y el trolling.
En este caso usamos cañas de spinning liviano, reel rotativo cargado con nylon del 0,30 y señuelos Rapala articulados con un buen resultado sobre el cauce del Paraná donde conseguimos capturar cinco ejemplares de dorado de entre los 3,5 kilos y los 5 kilos. Inflados de alegría, las retinas cubiertas por acrobáticos saltos de siluetas doradas fuera del agua y el corazón agradecido por la nueva muestra de amistad y generosidad de esta tierra emprendimos el regreso comprobando una vez mas los dichos del poeta Jorge Batalla que en uno de sus versos dijo: Nombre cortito y gracioso a una joya se parece, porque Goya resplandece con nombre y real valía por eso esta frase mía: Goya una joya parece.
Horacio Pintos

No hay comentarios: